"No sufras, el destino siempre pone a cada uno en su lugar..."

Desde que escuché esa frase, no hago más que pensar, que tiene de veridico esta frase. Por una parte es una frase de escape, de autoconvicción ante una injusticia, escudarnos en un ser o un hecho divino que haga justicia.
Para que esto tenga efecto, debes creer en que ese ser o ese hecho exista. Si de verdad crees en esto, enhorabuena. Tienes y tendrás el resto de tu vida libre de dolores de cabeza, porque estás tranquilo. Pero, ¿Qué pasa si no crees?. Si no crees verás que esta vida, tiene (exeptuando a 3 personas) muchos momentos malos y pocos muy pocos buenos, y esto hace que en ti crezca un malestar, un sentimiento de hundimiento, de que jamás crecerás. Quitando el tema estrella de la adolescencia, la pubertad, en estos momentos de mi vida, me encuentro que toda imagen, toda idea del mundo en cual yo vivo, no es aquel mundo donde yo quisiera vivir. Muchas preguntas sin respuestas, muchos momentos sin resultados, y de los pocos los que obtengo resultado no son muy positivos que digamos.
Quizás cometí el error años atrás de quitarme de la cabeza toda idea de una vida después de la muerte, o Dios, o todos estos temas, que si hoy creería, no me encontraría en esta crisis personal.
Del niño llorón, de aquel niño del cual con solo mirarlo sabías que pensaba, logré por suerte o desgracia, crear una imagen un escudo de chico de chico fuerte emocionalmente, siempre alegre, sin vuergüenza, pero de verdad, cuando más sonrio, peor estoy en mi interior. Pero para que preocupar a la gente que de verdad me importa, molestar con mis problemas cuando ellos también tienen los suyos.
Ante estas palabras que escribo a raiz de los problemas surgidos hace poco tiempo, solo me gustaria pedir una cosa: -" me gustaria creer en esa iamgen divina, la cual me daba esta tranquilidad emocional que tanto anhelo".