No more heroes

El mundo es un lugar muy complicado. Mucho. La gente se pierde. Y el caso más extremo son los adolescentes. Viven, mientras son niños, con la ciega esperanza que, al crecer, superen una especie de barrera biológica que separa la niñez de la etapa adulta, y que, de repente, y sin tener ellos que hacer nada, empezarán a pensar como adultos. Pero su concepto de adultos es erróneo. Los padres se esfuerzan en parecer invencibles. Inexpugnables. Inmunes al dolor, al miedo o a la duda. Un padre no duda, siempre sabe qué hacer. Y tú crees sinceramente que puedes alcanzar ese estado. Pero ese estado no existe. Es todo fachada. Los adultos temen, dudan y sufren como el que más. Pero no permiten que nadie lo vea. Porque si ellos no controlan la situación, ¿quién lo hará? Los niños necesitan poder seguir ciegamente a alguien, ser capaces de depositar sus sueños y esperanzas en ellos. Aún es pronto para que descubran todo la desgracia que envuelve su planeta. Cuando te dicen que la infancia es la mejor etapa de la vida, no lo entiendes. ¿Cómo vas a entenderlo? Desde su punto de vista, cuando te vuelves mayor, eres una especie de héroe. ¿Y quién no quiere ser capaz de cargar el mundo a sus hombros?
Por eso el golpe es tan duro cuando acaba la infancia, pero no llega con ella el conocimiento. Ya ves lo gris que es el mundo, pero no sabes cómo defenderte de él. Porque no estás preparado. ¿Cuándo me volveré invencible? Y aún es más duro el golpe cuando descubres que NUNCA lo serás. Pero no perdemos la esperanza. Y cuando alguien muestra la suficiente determinación, le miramos, asombrados. Y vemos la figura del héroe, que no tiene miedo. Y te reconforta saber que está ahí, para hacer del mundo un lugar menos sombrío. Y llega un nuevo golpe. El héroe no es tal cosa. Por dentro, tiene tanto miedo como todos. Y sin embargo, ha sido capaz de darles a sus allegados la confianza para seguir adelante.
Y tarde o temprano llega a todos nos llega el turno. Porque siempre hay alguien más necesitado de esperanza. Así que compartamos entre todos la carga, no dejemos que hayan más héroes, convirtamos entre todos este mundo en un lugar donde los niños no se lleven una desilusión al crecer.

2 comentarios:

Ana Ovando dijo...

¿Un mundo sin héroes? No hables así que me dejas sin trabajo :(

Los héroes son imprescindibles para vivir, las desilusiones forman parte de la vida (igual que las ilusiones) y hay que aprender a vivir con ellas. ¿Sin héroes? No, gracias. Prefiero llevarme alguna desilusión de vez en cuando.

Felipe dijo...

Yo prefiero vivir en un mundo en el que no haga falta delegar las responsabilidades en los más fuertes. Prefiero un mundo donde entre todos carguemos con el peso del futuro, y donde no sea necesario llevarse desilusiones sólo porque "son parte de la vida". Porque no hay que aceparlas como inevitables. Porque si nos acostumbramos a que no hay héroes, a que todos somos iguales y tenemos que colaborar, nadie les echará de menos.